jueves, 10 de noviembre de 2011

¨LOS ARROYOS, hogar de cantidades de seres vivos¨

Incluso en pequeñas cantidades, el agua siempre trae sorpresas.
Los arroyos parecen parientes pobres de los poderosos ríos.
Sin embargo, su pequeña dosis de agua bulle de vida intensa y vibrante.
Pequeños causes de agua discurren a través de colinas y valles trayendo humedad a bosques y montañas penetrando las llanuras.
A pesar de su humilde apariencia, los arroyos son ecosistemas independientes por derecho propio.
Su bajo volumen de agua es más que suficiente para seducir a una amplia gama de plantas y animales.
En las regiones cálidas, los arroyos sirven de refugio a las criaturas acuáticas adaptadas a resistir bajos niveles de agua, carencia de oxigeno y altas temperaturas.
Antes de entregar su caudal a ríos más grandes, los arroyos forman un ecosistema propio y peculiar.
Incluso en las regiones tropicales donde abunda más el agua, los arroyos  son refugio favorito de una amplia variedad de fauna.

Son el hogar de un animal astuto y sigiloso.
-El mapache conoce muy bien su territorio.
De hecho, usa el arroyo como ruta de transporte.
Los arroyos son sus carreteras.
Los mapaches pasan la mayor parte del día en el arroyo, donde hallan casi todo su alimento.

Este carnívoro enmascarado es muy hábil y tiene un sentido del tacto muy desarrollado y delicado.
Usa sus patas para examinar cada rincón del arroyo en busca de camarones, cangrejos y peces.
Nada escapa a su alcance. Cuando haya un bocado, lo moja varias veces antes de morderlo.
Esto tiene menos que ver con la higiene, que con la escasez de saliva del mapache.
El mapache reemplaza la saliva de la que carece con el agua con la que humedece su alimento.
Es una de las razones por las que el mapache vive cerca del agua y qué mejor lugar que este arroyo donde siempre es fácil hallar y atrapar algo de comer.
El mapache está atado al arroyo porque necesita agua para tragar su alimento, pero muchos otros animales vienen aquí a saciar su sed.

Una fauna variada y heterogénea también se ve atraída al arroyo.
La relación entre estos animales y el agua que en él corre es intensa.

-La rana ibérica es prisionera de los arroyos de montaña.
Esta criatura tímida  y solitaria vive en la cabecera de los arroyos  donde hay menos volumen de agua.
Allí, se oculta entre el húmedo musgo y acecha los numerosos insectos que pululan en ribera.
En el arroyo, todo lo que necesita está a su alcance.
Su frescura y humedad hacen de los arroyos un hábitat prolífico.
Con frecuencia, matorrales rodean y cubren los cursos de agua sirviendo de protección a una multitud de aves.
Algunas pasaran sus primeros días allí, protegidas por el arroyo.
Pequeños depredadores también hayan aquí su lugar perfecto.
Cazadores y presas conviven inmersos en el laberinto húmedo y exuberante de vegetación que rodea el agua.

-El gato montés explora su territorio antes del ocaso a sabiendas de que abundan en él los roedores.
Hay un fuerte rastro de ratones en el humus de la orilla.
Es solo cuestión de esperar oportunidad perfecta.

La pujante actividad de la ribera apenas deja entrever  la vitalidad del inquieto y fresco caudal del arroyo en sí mismo.

-En primavera, los peces nadan río arriba para desovar en las zonas más limpias y frescas.
Los arroyos de la cuenca del mediterráneo están acostumbrados a tiempos difíciles cuando el caudal del agua se reduce drásticamente.
Durante esos  períodos, los peces del arroyo son capaces de sobrevivir a las altas temperaturas y falta de oxigeno del agua que apenas se renueva lo que hace más difícil sobrevivir a los peces delicados.
Los peces de estos arroyos se refugian en pozos que nunca secan.
Una vez allí, se mezclan con renacuajos y otras criaturas hasta la llegada de las lluvias otoñales.
Algunas especies se han adaptado tan bien al ecosistema acuático que viven solo en los fluctuantes arroyos de la cuenca mediterránea.
La capacidad de los arroyos para generar y contener vida es un potente imán para las aves que se alimentan de peces.

-El Martín pescador es selectivo cuando de pesca se habla. Pesa cien veces menos que una cigüeña negra, pero como depredador es, sin duda, eficiente.
Para atrapar a su presa, se posa en las ramas sobre el arroyo y cuidadosamente observa para saber el momento y la victima correcta.
Su dieta incluye; insectos, cigalas y renacuajos, además de peces.
Elimina lo que no puede dirigir en forma de compactas bolas que regurgita después de comer.

-Los reptiles también tienen su lugar, y es muy importante.

-Las serpientes de agua son anfibios que viven en los cursos de agua, donde atrapan la mayor parte de su alimento.
Estos reptiles nadan perfectamente y pueden atrapar incluso a los más rápidos y resbalosos peces.

De hecho, las serpientes son un eslabón muy importante de la cadena alimentaria del arroyo y desempeñan un papel vital como uno de sus grandes depredadores.
Además de peces y renacuajos, a veces también cazan sapos que tragan con considerable dificultad. Para hacerlo deben dislocar sus mandíbulas y realizar dolorosos movimientos sobre el cuerpo de la víctima.
Todo este esfuerzo se ve recompensado pues tras devorar un sapo grande, pueden vivir varios días sin cazar. 

-Después de un mes, los primeros días de verano, tortuguitas de agua dulce nacen en la arena de la ribera.
Su primera carrera los lleva primero al agua donde podrán ocultarse y hallar algo de alimento.

-El galápago europeo vive en pozos de agua reposada.
Se siente más cómodo allí que los potentes ríos.
Además de agua tranquila los arroyos brindan la cubierta del follaje.
De hecho, bajo circunstancias ideales la población de galápagos puede llegar a ser muy grande.
Estos pacíficos reptiles son grandes oportunistas. Aprovechan cualquier ocasión.
Su dieta varía según los cambios en las circunstancias de arroyo.

En primavera, cazan invertebrados y en verano comen plantas.
Sin embargo, siempre están dispuestas al festín proteínico que brindan los cadáveres de peces que hallan en el agua.
En ese papel son esenciales para mantener sana el agua, pues se encargan de eliminar a los animales muertos.
Los galápagos completan un ciclo que incluye una sorprendente variedad de seres vivos.

-Juntos son sólo un bosquejo de la vida que pulsa a través del líquido y errático corazón de los arroyos y pozos de montaña. Conforman un universo aparentemente humilde repleto de formas de vida exclusiva y extraordinaria.